Revista del colegio St Agnes. Artículo de Andrea Dawson
Cuando la cámara sigue a Lucie Morton desde un viejo viñedo de París hasta un racimo de uvas silvestres en una isla de la costa de Portugal, desde su frondosa granja familiar hasta su viñedo a orillas del río Potomac, salta a la vista un detalle entre muchos otros: es ferozmente curiosa. Entrecierra los ojos para distinguir los delicados dibujos de una hoja de vid y observa meticulosamente. Escucha atentamente a viticultores, propietarios de viñedos e incluso a un francés que intenta identificar una misteriosa hoja de vid que crece en el enrejado de su patio. Viticultora de renombre internacional, se ha ganado con creces el derecho a hacer demostraciones, pero le interesa mucho más ensuciarse las manos: estudiar y resolver los problemas inherentes al cultivo de la vid.
"Soy estudiante de viticultura", explica. Me encanta la vid en todas sus formas".
La cámara en cuestión pertenece al documentalista francés Stéphan Balay. Inmersa en las complejidades y curiosidades de la transformación de la uva en vino desde hace 50 años, como colaboradora de investigación, profesora, escritora, conferenciante solicitada y consultora internacional de viñedos, Lucie no pudo evitar sentirse atraída por una historia que Stéphan esperaba que arrojara algo de luz (...)